lunes, 21 de diciembre de 2015

La nueva Casa Club de Son Vida Golf


Nuevo Restaurante


Cuando empezamos a desarrollar el proyecto de la nueva sede del Club de Golf de Son Vida, quisimos averiguar en primer lugar, cuál era la esencia de la actual Casa Club. Qué era lo que nos gustaba del antiguo edificio y qué era lo que nos disgustaba de él. Qué elementos funcionaban correctamente y cuáles eran susceptibles de ser mejorados. En esta búsqueda contamos con la ayuda tanto de trabajadores y directivos del Club, como de algunos usuarios.

En lo puramente arquitectónico, el resultado de este primer análisis fue el constatar que lo que más nos gustaba del edificio era el hecho de que prácticamente no se hiciera notar, que fuera invisible, en otras palabras que se adaptase perfectamente a su entorno.
Así pues, una de las principales premisas a la hora de concebir el proyecto fue la de realizar un edificio que se integrase en el entorno, para que prácticamente se hiciera invisible con el tiempo, o que al menos diese la sensación de haber estado ahí toda la vida. Ese es el motivo de la elección de un lenguaje arquitectónico próximo al utilizado en el Sheraton Mallorca Arabella Golf Hotel, y de que el edificio se adapte perfectamente a la pendiente del terreno, permitiendo el acceso prácticamente a pie plano a las diferentes plantas del edificio desde uno y otro lado del mismo.
En lo que a funcionalidad se refiere, también teníamos que definir y redimensionar áreas, que a día de hoy, se habían quedado obsoletas: algunas por demasiado grandes y otras por pequeñas. 
Respecto al programa de necesidades que nos transmite el cliente, lo conceptualizamos en cuatro grandes áreas: Garaje y cuarto de palos, Vestuarios, Restaurante y Tienda, con lo finalmente, el proyecto se formaliza de la siguiente manera:
La mayor parte de la planta baja la ocupa un gran garaje para los buggies, con capacidad para 40 unidades en el que se incluye un lavadero y un cuarto de palos lo suficientemente grande, como para dar holgadamente cabida a las actuales necesidades del club. Completa esta planta una terraza cubierta, como antesala y punto de acceso al campo de golf, y unos modernizados vestuarios respecto a los de la actual Casa Club.

En cuanto a la planta piso, en ella se ha ubicado el restaurante, sensiblemente menor al existente en la antigua sede en cuanto a tamaño, pero al que se le ha incorporado una gran terraza exterior protegida por una vistosa pérgola de madera, de modo que sea este el principal lugar de reunión y vida de la Casa Club, compensa con unas fantásticas vistas la disminución en metros cuadrados de los espacios interiores.
También se encuentra en esta planta el espacio destinado a tienda, que por el contrario, se ha ampliado en este proyecto, ya que además de pasar a ocupar un lugar predominante en el edificio, se le han asignado las nuevas funciones como la de recepción de jugadores.

Debido a la topografía del terreno, a esta primera planta se accede casi a nivel desde la misma calle Solleric.
Las dos plantas de edificio están de  esta forma, conectadas por una escalera interior y por una rampa en el exterior.

Por último, se ha aprovechado la cubierta del edificio para instalar los captadores solares para ACS y las unidades exteriores del sistema de refrigeración.

Como curiosidad, no olvidéis ver el time-lapse del proceso constructivo en el enlace que os hemos dejado a mitad del artículo.

lunes, 16 de marzo de 2015

Fallece Frei Otto: Premio Pritzker 2015


La semana pasada se adelantaba por sorpresa el anuncio del fallo del Premio de Arquitectura más prestigioso del planeta, el Premio Pritzker. La razón era el fallecimiento del galardonado Frei Otto y el intento de explicar que, si bien la entrega del premio era a título póstumo, no lo era la decisión de concedérselo por parte del jurado del que se considera el equivalente al Nobel de Arquitectura.

Ligereza, audacia constructiva, transparencia, luz: esos son los principales componentes de su arquitectura.

¿Quién no ha visto alguna foto del complejo en torno al estadio olímpico de Múnich? ¿A quién no le ha sorprendido y maravillado la ligereza y la extensión de esa cubierta que unifica el estadio con su entorno? ¿Su integración paisajística y la composición de un nuevo tipo de parque urbano?

Sin embargo esta obra es mucho más que eso.

Los terrenos en los que se asienta fueron el vertedero de gran parte de los escombros a los que fue reducida la capital bávara por los terribles bombardeos de la Segunda Guerra Mundial. Frei Otto, además de ordenar un espacio urbano de decenas de hectáreas, crea una metáfora arquitectónica de como el pueblo alemán fue capaz de levantarse y reconstruir en menos de 30 años un país destruido por el totalitarismo y la guerra; contraponiendo a la arquitectura pétrea de un Reich “que iba a perdurar mil años”, la ligereza y transparencia de una cubierta, fiel reflejo de la nueva Alemania, democrática y motor económico y tecnológico del viejo continente.

Según el jurado, Otto ha sido premiado por “sus visionarias ideas, su mente curiosa, su fe en el intercambio de conocimientos, su espíritu de cooperación y su preocupación en el uso cuidadoso de los recursos”, para mi es además un poeta de la arquitectura.




Rafael Ortolá
Arquitecto


www.ortola-arquitectos.es